Adicción a las nuevas tecnologías

Es una realidad que las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) simplifican considerablemente nuestros quehaceres cotidianos y que su uso se considera positivo siempre y cuando no se abandonen otras actividades propias de una vida normal, entre ellas: estudiar, hacer deporte, ir al cine, salir con los amigos o relacionarse con la familia. Sin embargo, cuando las TIC se convierten en un instrumento prioritario de placer o predomina una obsesión enfermiza por adquirir la última novedad tecnológica, podemos estar ante un enmascaramiento de necesidades más poderosas. Igualmente, las redes sociales y el mundo virtual pueden contribuir a que una persona desarrolle una falsa identidad de sí misma o pierda contacto con la realidad, llegando incluso a distorsionar el mundo real.
Ciberadicción
La ciberadicción se establece cuando un niño deja de relacionarse con sus amigos para instalarse frente a la pantalla con sus videojuegos o cuando un adolescente presta más atención a su smartphone que a su familia. En ambos casos, predomina una clara interferencia negativa en su vida cotidiana. Al igual que ocurre con las adicciones químicas, las personas adictas a una determinada conducta experimentan un síndrome de abstinencia cuando no pueden llevarla a cabo, que se caracteriza por la presencia de un profundo malestar emocional (estado de ánimo disfórico, insomnio, irritabilidad o agitación psicomotora). Es difícil que un adicto se considere como tal, y acostumbra a ser un suceso muy negativo -fracaso escolar, trastornos de conducta, mentiras reiteradas, aislamiento social, problemas económicos, presión familiar- el que le hace tomar conciencia de su problema.
Riesgos de la ciberadicción
Además de la adicción, los riesgos más importantes del abuso de las TIC son el acceso a contenidos inapropiados, el acoso o la pérdida de intimidad. Existe también el riesgo de crear una identidad ficticia, potenciada por un factor de engaño, autoengaño o fantasía. Así mismo, es habitual que exista una confusión entre lo íntimo, lo privado y lo público, y que se fomenten conductas histriónicas y narcisistas.
Síntomas de la adicción a las nuevas tecnologías
Entre las principales señales de alarma que denotan una dependencia a las TIC o a las redes sociales y que pueden ser un reflejo de la conversión de una afición en una adicción, cabría resaltar las siguientes:
- Privarse de sueño (menos de 5 horas) para estar conectado a la red.
- Descuidar otras actividades importantes, como serían el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud.
- Recibir quejas en relación con el uso de la red de alguien cercano, como por ejemplo los padres.
- Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se está conectado a ella, y sentirse excesivamente irritado cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
- Perder la noción del tiempo.
- Mentir sobre el tiempo real que se está conectado.
- Aislarse socialmente y bajar el rendimiento en obligaciones y/o responsabilidades.
- Sentir una euforia y activación elevada cuando se está delante del ordenador.
- Conectarse al ordenador nada más llegar a casa, meterse en Internet nada más levantarse y ser lo último que se hace antes de acostarse.
Superar la adicción a las nuevas tecnologías
Finalmente, en relación a los puntos clave para llegar a superar la dependencia a las TIC, podrían mencionarse los siguientes:
- Establecer unos horarios al respecto para disminuir el tiempo de uso.
- Hablar acerca de la situación y de los sentimientos.
- Respetar el tiempo de actividades diarias habituales, como dormir o comer.
- Dedicar tiempo cada día a las relaciones sociales y familiares en la vida real.
- Realizar actividades al aire libre.
Acudir a un profesional que ayude a superar la dependencia de forma sana y positiva.