Evaluación de estos problemas y entrenamiento de capacidades
Los problemas de aprendizaje pueden hacer que el niño tenga dificultades para leer, escribir y hacer cálculos matemáticos simples. Destacando así:
- Dificultades en la Lectura, en la escritura y del cálculo: el rendimiento en lectura, en la expresión escrita o en el cálculo, medido mediante pruebas normalizadas de cada una de las habilidades lectura, escritura o cálculo, se sitúa por debajo de lo esperado según su edad cronológica, su coeficiente de inteligencia y el curso en el que se encuentra. Esto supone un deterioro en su rendimiento académico y una limitación en las tareas del día a día que requieren de estas habilidades.Mantenido en el tiempo, los niños hacen continuos esfuerzos por tener resultados y ante falta de los mismos puede verse dañada su seguridad, autoestima y motivación por los estudios.
Ante estas dificultades se puede observar las siguientes conductas:
- Dificultad en la lectura: leen a un ritmo atípico, no entienden lo que leen, no recuerdan con precisión lo que leen, dificultad para hacer inferencias de lo leído, etc.
- Dificultad en la escritura: escritura lenta, mala caligrafía, dificultades con la ortografía, la gramática. Escritura desorganizada difícil de entender.
- Dificultades en el cálculo: problemas a la hora de hacer cálculos matemáticos, memorizar cálculos sencillos, usar símbolos matemáticos, organizar y registrar información mientras resuelven un problema.
Otras conductas que pueden aparecer: resistencia a hacer problemas relacionados con la lectura, escritura o el cálculo. Reacciones de negación a ir a la escuela, o reacciones más agresivas en la escuela o frente a las tareas, etc.
Evaluación psicológica
En la evaluación de este tipo de dificultades es importante recoger información conjunta de los padres, de los profesores y del niño para identificar qué está pasando, dónde están las dificultades y poder llevar a cabo un plan de actuación. Siendo importante ver en qué habilidades presenta el dificultades el niño (lectura, escritura o cálculo), cuánto tiempo lleva teniendo dificultades, cómo se siente el niño
con lo que está ocurriendo (muchos niños se sienten frustrados, desmotivados, sin ganas de hacer las tareas, se sienten inferiores a los demás, etc) y qué hacen frente a ello (algunos niños lo siguen intentando, se esfuerzan, pero al ver que no llegan a tener resultados se potencia su frustración, y en ocasiones rechazan hacer tareas de ese tipo donde tienen dificultad, rechazan ir al colegio, etc.).
Pueden aparecen otras emociones como frustración, enfado y reaccionar ante ellas de una forma más agresiva, respondiendo mal, con conductas más agresivas ante los demás, etc. Es importante también recoger información sobre las consecuencias de estas dificultades, y también sobre las consecuencias de cómo están respondiendo al resto de emociones y pensamientos que pueden surgir fruto de dichas dificultades. En muchos casos comienza a afectar en el rendimiento académico (malos resultados, no aprenden aquello que es propio de su edad) en actividades cotidianas que requieren el uso de dichas habilidades. Dificultades con padres (más conflictos) etc.
A su vez, valorar si hay alguna otra variable que pueda estar influyendo por ejemplo si es un niño que se distrae con facilidad en cuanto algo le cansa o le aburre, o si su nivel intelectual es menor de lo esperado para su edad. Evaluar la historia de aprendizaje, si los adultos le han proporcionado experiencias como oportunidad de adquirir estas habilidades. Variables contextuales: cómo responden los padres ante estas dificultades o comportamientos y también los profesores (si lo negativizan, si culpan al niño o a su falta de esfuerzo o por el contrario le dan ayudas, apoyo, etc).
Toda esta información se recoge mediante la entrevista con los padres y con el niño. Y el cumplimiento de determinados cuestionarios por los padres, niños y los profesores. En el caso de los niños, se le aplican diferentes pruebas: de inteligencia, de lectura escritura, ejecución de cálculo, etc. Al mismo tiempo que se recoge información de la propia observación del niño en la ejecución de las mismas: si se distrae con facilidad, si pregunta constantemente cómo realizarlo, sí que se queja o rechaza hacerlas, etc.
Intervención
El objetivo es que el niño adquiera dichas habilidades donde en el momento de la evaluación presenta dificultades y al mismo tiempo aprenda a responder a sus emociones asociadas a estas dificultades de una forma adaptativa y que no interfiera en los aspectos importantes de su vida, como pueden ser los estudios.
- En la escuela, en determinadas situaciones se pueden hacer adaptaciones a las necesidades del niño: más tiempo para realizar las tareas o exámenes, sentarse cerca del profesor, etc.
- Con el niño, se trabaja mediante diferentes procedimientos en la adquisición de dichas habilidades donde presentan dificultades. Y en la gestión de las emociones asociados a dichas dificultades.
- Con los padres, se les da información sobre lo que está ocurriendo para que contextualicen la situación en el contexto de una falta de habilidad en el niño en la lectura, escritura o en el cálculo. Es importante que no utilicen expresiones como: “eres un vago” “si te esforzaras más” “es porque no te esfuerzas” etc. Y que mediante diferentes pautas que le aportaremos ayuden también en el
propio proceso de entrenamiento y de aprendizaje del niño en casa.