Autocuidado ¿Qué es y porqué es importante?
El autocuidado, como dice la propia palabra, es el cuidado que damos a nuestra propia persona.
Estamos inmersos en una sociedad que dicta lo que se considera adecuado y lo que no dependiendo de la propia cultura. En nuestra sociedad, hemos heredado la noción de que tenemos que estar siempre para todos los demás, pero nunca para nosotros mismos pues eso significaría ser egoísta.
Sin embargo, hace tiempo se viene investigando los efectos que tiene para nuestra propia salud tanto física como mental el hecho de olvidarnos de nuestras necesidades anteponiendo las de los otros. Fruto de estas investigaciones se ha podido ver que el primer cuidado que tenemos que dar es a nosotros mismos para poder más tarde darlo a los otros.
Cuidarnos a nosotros mismos no es sinónimo de egoísmo, sino que es una necesidad vital para nuestro bienestar. Recuerda que la única persona con la que vas a vivir toda tu vida eres tú mismo, por lo que tiene todo el sentido que dediques un tiempo a escucharte y mimarte, a darte lo que necesitas siempre respetando el límite de lo que necesitan también los demás: mi libertad acaba donde empieza la del otro.
El autocuidado es esencial para nuestro bienestar
Se trata de buscar un espacio para nosotros donde podamos escuchar nuestras necesidades y poder satisfacerlas. El autocuidado es todo aquello que nos gusta hacer, nos aporta disfrute y bienestar: hobbies o actividades que realicemos para uno mismo, hábitos y conductas saludables, espacio para nuestro mundo emocional, en definitiva, el cuidado integral de nuestra propia persona atendiendo a la salud física y salud emocional y por supuesto viendo satisfechas nuestras necesidades como personas.

¿Qué nos aleja del autocuidado?
Primero lo que la sociedad establece como adecuado o inadecuado como ya decíamos anteriormente. Pero también las creencias propias de lo que debo hacer. Si dedicarme tiempo a mí mismo significa no dárselo todo a los demás, pueden aparecer sentimientos de culpabilidad que tenemos que gestionar.
¿De qué serviría estar siempre para los demás perdiéndome a mi de vista?
Es verdad que el sentimiento de culpa no aparecería, pero las consecuencias para uno mismo podrían ser importantes: el dejar de lado nuestras necesidades nos aleja de nuestra satisfacción y vamos arrastrándolo por la vida.
Puede que al principio no seamos conscientes de ese peso que vamos arrastrando, pero con el tiempo, nos encontraremos cada vez más cansados, con menos bienestar físico y emocional y eso repercutirá también en el cuidado que ofrecemos a los demás.
Las consecuencias para nuestra propia persona además son importante tenerlas en cuenta, dejarnos de lado supone cargar nuestra mochila de vida con multitud de piedras pesadas que sin el autocuidado vamos acumulando sin poder soltarlas.

Si quieres ayudar a los demás, tienes que empezar por el autocuidado
Pregúntate cuanto tiempo hace que no dedicas una hora de tu día a algo que realmente te guste hacer para ti. Cuánto tiempo llevas dejando de lado lo que te apetece hacer por lo que crees que debes hacer por los demás. ¿Te sientes completo sólo dándote a los demás?
Hoy te animamos a que busques una parcela para ti. Donde puedas dedicarte a darte lo que necesites en ese momento. Puede ser leer un libro, darte una mascarilla, proponerte hacer ejercicio, comer mejor, o simplemente un momento donde puedas reflexionar sobre ti mismo.
No es necesario realizar grandes actividades para sentirnos bien con nosotros mismos, simplemente aquellas que mimen nuestras necesidades y las tengan en cuenta al mismo nivel de importancia que las de los demás.
¡Cuéntanos que actividades de autocuidado te propones realizar, qué dificultades encuentras para realizarlas y cómo te encuentras una vez que las pones en marcha!
Preguntas frecuentes sobre el autocuidado
¿Cuáles son las prácticas de autocuidado?
Las prácticas de autocuidado son actividades y comportamientos que una persona realiza intencionalmente para cuidar su bienestar físico, emocional y mental. Estas prácticas son fundamentales para mantener una buena salud, reducir el estrés y mejorar la calidad de vida. A continuación, se describen algunas prácticas de autocuidado comunes:
Físico
Alimentación Saludable: Optar por una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros.
Ejercicio Regular: Realizar actividad física de manera regular, adaptada a las capacidades y gustos personales, para mejorar la salud física y mental.
Sueño Suficiente: Asegurar un descanso adecuado cada noche para restaurar el cuerpo y la mente.
Hidratación: Beber suficiente agua a lo largo del día para mantenerse hidratado.
Emocional
Gestión del Estrés: Practicar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda.
Conexiones Sociales: Mantener relaciones saludables y un apoyo social sólido.
Tiempo para Uno Mismo: Dedicar tiempo a actividades que disfrutes y te relajen, como leer, pintar o escuchar música.
Expresión de Sentimientos: Hablar sobre tus sentimientos con amigos de confianza, familiares o profesionales de la salud mental.
Mental
Mindfulness: Practicar la atención plena para estar presentes en el momento, aceptando los pensamientos y sentimientos sin juzgarlos.
Desarrollo Personal: Dedicar tiempo a aprender cosas nuevas o mejorar habilidades existentes.
Limitar la Exposición a Medios Negativos: Reducir el tiempo frente a noticias o redes sociales que puedan afectar negativamente el estado de ánimo.
Terapia: Buscar ayuda profesional cuando se necesite apoyo adicional para manejar los desafíos de la vida.
¿Cómo se aplica el autocuidado en la vida diaria?
Aplicar el autocuidado en la vida diaria implica integrar prácticas y hábitos saludables en tu rutina regular de manera consciente y deliberada. Aquí hay algunas estrategias para incorporar el autocuidado en tu día a día:
- Planificación y Priorización
Establece Rutinas: Crea rutinas diarias que incluyan tiempo para actividades de autocuidado, como ejercicio, lectura o meditación.
Prioriza Actividades: Identifica las actividades de autocuidado que te resultan más beneficiosas y asegúrate de incluirlas en tu agenda.
- Establecimiento de Límites
Aprende a Decir «No»: Establecer límites saludables con los demás es crucial para evitar el agotamiento y mantener el equilibrio.
Limita el Tiempo en Pantallas: Establece límites para el uso de dispositivos electrónicos, especialmente antes de dormir.
- Autocuidado Físico
Incorpora el Movimiento en tu Día: Encuentra formas de integrar la actividad física en tu rutina diaria, como caminar, estirar o hacer ejercicio.
Come Conscientemente: Haz elecciones alimenticias saludables y presta atención a cómo te sientes después de comer diferentes alimentos.
- Autocuidado Emocional y Mental
Practica la Gratitud: Tómate un momento cada día para reflexionar sobre lo que agradeces.
Conéctate con Otros: Dedica tiempo a mantener relaciones significativas, ya sea en persona o virtualmente.
Toma Descansos Mentales: Haz pausas cortas durante el día para despejar tu mente, especialmente si trabajas frente a una computadora.
- Mindfulness y Relajación
Practica la Atención Plena: Dedica tiempo a prácticas de mindfulness para estar presente y reducir el estrés.
Técnicas de Relajación: Integra técnicas como la respiración profunda, la meditación o el yoga en tu rutina.
- Desarrollo Personal
Aprende Algo Nuevo: Dedica tiempo a hobbies o aprende nuevas habilidades que enriquezcan tu vida.
Lectura y Educación: Lee libros o consume contenido que te inspire y eduque.
- Autocuidado Espiritual
Prácticas Espirituales: Si es relevante para ti, dedica tiempo a la oración, la meditación o la participación en comunidades espirituales.
- Gestión del Tiempo
Organización: Usa herramientas y técnicas de gestión del tiempo para ayudarte a equilibrar las tareas laborales, personales y de autocuidado.
Incorporar el autocuidado en la vida diaria requiere compromiso y puede necesitar ajustes en tu horario y hábitos actuales. Recuerda que el autocuidado no es egoísta; es esencial para mantener tu bienestar y poder cuidar de los demás de manera efectiva. Comienza con pequeños cambios y ajusta tu enfoque según lo que funcione mejor para ti.
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