Psicólogos en Valladolid

Señales que indican que ha llegado el momento de acudir a un psicólogo

Reconocer cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda de un psicólogo puede marcar una gran diferencia en tu bienestar emocional.
A veces, las señales pueden ser evidentes, mientras que en otras ocasiones pueden ser más sutiles.
Aquí hay algunas señales de que es hora de considerar ver a un psicólogo:

1. Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad o desesperanza.
2. Dificultades para concentrarte o tomar decisiones.
3. Cambios drásticos en el apetito o el sueño.
4. Aislamiento social y pérdida de interés en actividades que solían disfrutar.
5. Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

Si estás experimentando alguno de estos síntomas, es fundamental buscar apoyo profesional. Un psicólogo en Valladolid puede ayudarte a comprender y manejar estos desafíos emocionales, brindándote las herramientas necesarias para vivir una vida más plena y saludable.

Nuestro enfoque en Psania va más allá de simplemente abordar la preocupación inicial que te trae a nosotros.
Nos dedicamos a enriquecer tu calidad de vida, promoviendo una salud mental robusta que es esencial para el bienestar integral.
Creemos que sin una mente sana, el concepto de salud completa es inalcanzable.

La decisión de buscar ayuda psicológica es multifacética. No se trata solo de enfrentar un trastorno o un deseo de introspección y mejora personal; es también un acto de valentía y responsabilidad hacia uno mismo.
En Psania, te apoyamos en este compromiso de cambio, proporcionando un entorno seguro y tratamientos personalizados para guiarte hacia la plenitud mental.

La psicología es una disciplina amplia y diversa que se dedica al estudio del comportamiento humano y los procesos mentales. Su objetivo principal es comprender y explicar cómo las personas piensan, sienten, y actúan en diversas situaciones. A continuación, se describen algunos de los aspectos fundamentales que comprende la psicología:

Psicología Clínica: Se enfoca en la evaluación, diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales y emocionales. Los psicólogos clínicos trabajan con individuos para mejorar su bienestar psicológico y emocional.

Psicología del Desarrollo: Examina cómo las personas cambian y se desarrollan a lo largo de toda su vida. Incluye la infancia, la adolescencia, la edad adulta y la vejez, explorando aspectos físicos, cognitivos, emocionales y sociales del desarrollo humano.

Psicología Social: Investiga cómo las interacciones sociales influyen en el comportamiento y los pensamientos de las personas. Examina temas como la conformidad, el prejuicio, la identidad social y la influencia de los grupos en el individuo.

Psicología Educativa: Se centra en comprender y mejorar los procesos de aprendizaje y enseñanza. Los psicólogos educativos trabajan para desarrollar estrategias efectivas de enseñanza, abordar problemas de conducta y promover un entorno educativo positivo.

Psicología Organizacional e Industrial: Estudia el comportamiento humano en el ámbito laboral. Los psicólogos organizacionales se ocupan de aspectos como la motivación, el liderazgo, el trabajo en equipo y la productividad en entornos laborales.

Psicología Forense: Aplica principios psicológicos al sistema legal y judicial. Los psicólogos forenses pueden participar en la evaluación de testigos, peritajes en casos criminales, y la elaboración de perfiles criminales.

Neuropsicología: Examina la relación entre el cerebro y la conducta. Se enfoca en cómo las lesiones cerebrales o condiciones neurológicas afectan la cognición, la emoción y el comportamiento.

Psicología Deportiva: Estudia cómo los factores psicológicos afectan el rendimiento deportivo. Los psicólogos deportivos trabajan con atletas para mejorar su concentración, manejar el estrés y optimizar su rendimiento mental.

Psicología de la Salud: Explora la conexión entre la salud física y mental. Los psicólogos de la salud pueden intervenir en áreas como el manejo del estrés, la adherencia a tratamientos médicos y la promoción de hábitos saludables.

Psicología Ambiental: Investiga cómo el entorno físico influye en el comportamiento y el bienestar emocional de las personas. Se centra en la relación entre individuos y su entorno, considerando aspectos como el diseño de espacios y la calidad ambiental.

Estos son solo algunos ejemplos de los múltiples aspectos que abarca la psicología. Esta disciplina sigue evolucionando, incorporando nuevas áreas de estudio para comprender mejor la complejidad de la mente humana y proporcionar herramientas para mejorar la calidad de vida.

La diferencia fundamental entre psicología y psiquiatría radica en la naturaleza de las disciplinas y en los enfoques que utilizan para abordar los problemas de salud mental. Aquí se describen las principales diferencias:

1. Enfoque y Método:
– Psicología: Es una disciplina que se centra en el estudio científico del comportamiento humano y los procesos mentales. Los psicólogos utilizan métodos de investigación, evaluación y terapia psicológica para comprender y abordar los aspectos cognitivos, emocionales y conductuales de las personas.
– Psiquiatría: Es una rama de la medicina que se ocupa de los trastornos mentales. Los psiquiatras son médicos que han completado la formación médica general y luego se especializan en psiquiatría. Su enfoque incluye la evaluación médica, el diagnóstico y el tratamiento de trastornos mentales, a menudo con un énfasis en la farmacoterapia.

2. Formación Académica:
– Psicología: Los psicólogos obtienen títulos de grado y posgrado en psicología. Pueden especializarse en diversas áreas como psicología clínica, educativa, social, entre otras.
– Psiquiatría: Los psiquiatras son médicos que completan la formación médica y luego se especializan en psiquiatría a través de la residencia en psiquiatría. Esto implica estudios médicos más amplios antes de centrarse en la salud mental.

3. Enfoque Terapéutico:
– Psicología: Los psicólogos utilizan enfoques terapéuticos que pueden incluir terapia cognitivo-conductual, terapia psicodinámica, terapia humanista, entre otros. También pueden ofrecer asesoramiento y apoyo emocional.
– Psiquiatría: Los psiquiatras pueden recetar medicamentos y utilizar enfoques terapéuticos, pero su principal enfoque está en la intervención médica para tratar trastornos mentales, a menudo mediante la prescripción y ajuste de medicamentos psicotrópicos.

4. Ámbito de Trabajo:
– Psicología: Los psicólogos pueden trabajar en diversos entornos, como clínicas, escuelas, empresas, organizaciones, investigación, entre otros. Su enfoque puede ser preventivo, educativo o terapéutico.
– Psiquiatría: Los psiquiatras a menudo trabajan en entornos clínicos, hospitales, o consultorios privados. Su trabajo se centra en la evaluación y tratamiento de trastornos mentales, y pueden colaborar con otros profesionales de la salud.

En resumen, mientras que la psicología se centra en comprender y abordar los aspectos psicológicos y emocionales del comportamiento humano, la psiquiatría incorpora una perspectiva médica para evaluar, diagnosticar y tratar los trastornos mentales, a menudo utilizando intervenciones farmacológicas. Ambas disciplinas son complementarias, y en muchos casos, profesionales de ambas áreas colaboran para ofrecer un enfoque integral en el tratamiento de los problemas de salud mental.

Los psicólogos desempeñan diversas funciones centradas en comprender y mejorar la salud mental y el bienestar psicológico de las personas. Aquí se describen algunas de las funciones principales que realizan:

Evaluación Psicológica:

Realizan evaluaciones para comprender los aspectos cognitivos, emocionales y conductuales de los individuos. Esto puede incluir pruebas psicométricas, entrevistas y observaciones.
Diagnóstico de Trastornos Mentales:

Los psicólogos clínicos están capacitados para diagnosticar y clasificar trastornos mentales mediante la evaluación de síntomas y el uso de criterios diagnósticos establecidos.

Terapia y Consejería:

Proporcionan servicios terapéuticos para abordar problemas emocionales, conductuales o de relación. Utilizan enfoques terapéuticos basados en la evidencia, como la terapia cognitivo-conductual, la terapia psicodinámica, entre otros.
Intervención en Crisis:

Ayudan a las personas a enfrentar situaciones de crisis, como pérdidas, traumas o eventos estresantes. Ofrecen apoyo emocional y estrategias para manejar estas situaciones.
Asesoramiento Vocacional:

Ayudan a las personas a explorar y tomar decisiones relacionadas con su carrera. Pueden realizar evaluaciones de aptitudes e intereses para orientar en la elección de profesiones.
Investigación:

Contribuyen al avance del conocimiento en psicología a través de la investigación. Investigan fenómenos psicológicos, desarrollan nuevas intervenciones y evalúan la efectividad de los tratamientos.
Psicología de la Salud:

Trabajan en colaboración con profesionales de la salud para abordar aspectos psicológicos relacionados con enfermedades físicas. Ayudan en el manejo del estrés, adherencia al tratamiento y cambios en el estilo de vida.

Psicología Educativa:

Colaboran con educadores y estudiantes para abordar problemas académicos, emocionales y de comportamiento en entornos educativos. Desarrollan programas para mejorar el rendimiento y el bienestar estudiantil.
Psicología Organizacional:

Aplican principios psicológicos en entornos laborales para mejorar la productividad, la satisfacción laboral y la gestión de equipos. Pueden estar involucrados en la selección y capacitación de personal.

Prevención y Promoción de la Salud Mental:

Trabajan en iniciativas para prevenir problemas de salud mental y promover el bienestar psicológico en la comunidad. Esto puede incluir programas de prevención y educación.
Estas funciones ilustran la diversidad de roles que los psicólogos desempeñan en distintos contextos. Es importante destacar que la psicología abarca una variedad de especialidades y enfoques, permitiendo a los profesionales adaptarse a las necesidades específicas de las personas y comunidades a las que sirven.

Los psicólogos desempeñan un papel crucial en comprender y mejorar la salud mental y el bienestar emocional de las personas. Sus funciones incluyen la evaluación psicológica, el diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales, la terapia y consejería, la intervención en crisis, la investigación, y la aplicación de principios psicológicos en contextos educativos, laborales y deportivos. Trabajan para promover la salud mental y ofrecer apoyo a individuos y comunidades.

Un psicólogo puede proporcionar apoyo y orientación en diversas áreas para mejorar tu bienestar emocional y mental. Aquí hay algunas maneras en las que un psicólogo puede ayudarte:

Exploración y Comprensión:

Ayudará a explorar tus pensamientos, emociones y comportamientos para comprender mejor tus experiencias y desafíos.

Manejo de Estrés y Ansiedad:

Proporcionará estrategias y técnicas para manejar el estrés, la ansiedad y otras emociones difíciles.

Superación de Obstáculos:

Te ayudará a identificar y superar obstáculos en tu vida, ya sean patrones de pensamiento negativos, comportamientos no deseados o problemas de relación.

Desarrollo de Habilidades de Afrontamiento:

Enseñará habilidades prácticas y estrategias de afrontamiento para enfrentar los desafíos cotidianos y las situaciones difíciles.

Mejora de Relaciones:

Brindará asesoramiento y técnicas para mejorar las relaciones interpersonales y la comunicación en tu vida personal y profesional.

Manejo de Crisis y Trauma:

Ofrecerá apoyo durante momentos de crisis, trauma o pérdida, ayudándote a procesar y superar estas experiencias.
Autoexploración y Autoconocimiento:

Facilitará la autoexploración para que puedas comprender tus valores, metas y motivaciones personales.

Toma de Decisiones:

Ayudará en la toma de decisiones importantes, proporcionando perspectivas y herramientas para evaluar opciones y consecuencias.

Apoyo en Problemas de Salud Mental:

Ofrecerá diagnóstico y tratamiento para trastornos mentales, utilizando enfoques terapéuticos basados en la evidencia.

Mejora del Rendimiento:

En el ámbito académico, laboral o deportivo, puede ayudar a mejorar el rendimiento, la concentración y la gestión del tiempo.

Promoción del Bienestar:

Trabajará contigo para fortalecer tu bienestar emocional, fomentando el autocuidado y hábitos saludables.
Recuerda que la relación con tu psicólogo es confidencial y colaborativa. Puedes expresar tus preocupaciones de manera abierta y trabajar juntos para alcanzar tus objetivos. La ayuda de un psicólogo puede marcar una diferencia significativa en tu calidad de vida y en tu capacidad para enfrentar los desafíos de manera saludable.

1. Técnicas de normalización, tolerancia y aceptación de las diferencias individuales entre ambos miembros de la pareja:Las diferencias entre los miembros de la pareja en cuestiones como: el grado de proximidad o de distancia al otro, necesidad de mayor o menor tiempo libre, gustos, forma de hacer las cosas, etc es algo que se produce y que se dan en todas las parejas, puesto que cada uno de nosotros tenemos una determinada historia y experiencias a lo largo de la cuales hemos adquirido nuestro aprendizaje actual, la forma de actuar y lo que es importante para nosotros. El problema no está en las propias diferencias  individuales entre los miembros de las pareja, sino en cómo responden a las sensación, pensamientos que  parecen frente a la conducta del otro que no les gusta.

2. Estrategias para la gestión de las emociones, sensaciones, pensamientos que aparecen ante el comportamiento que no le gusta del otro: Habitualmente ante la conducta del otro que no le gusta, como “que no haga las tareas de casa cuando debe hacerlas” “que no las haga como tiene que hacerse” “que llegue tarde” “que no sea cariñoso/a con él o con ella”, etc. Puede aparecer enfado, decepción, pensamientos como “ya no me quiere! “Solo piensa en él o en ella”, y ante estos responder con imposiciones, exigencias, gritos, decirle al otro lo que debe hacer, etc. Todos estos comportamientos potencian el malestar del otro, que termina reaccionando de forma similar, creando así entre los dos el bucle de conflicto o la escalada de conflicto y poco a poco distanciándose más, polarizándose más en sus reacciones. Y potenciando así las diferencias entre ellos. Por ello aquí es importante que aprendan a responder antes sus emociones, activadas por el comportamiento que no le gusta del otro de una forma que no dañe más la relación, que no les distancie sino que fomente la conexión entre ambos. Estas es una estrategia en la cual hay que hacer hincapié en la terapia de pareja

3. Estrategias enfocadas a ver qué depende y que no depende de cada uno de ellos: Es muy frecuente que cuando estamos en pareja nos quedemos centrados en aquello que el otro hace mal, y que debería cambiar. Ejemplo: “él tendría que tener más detalles conmigo” “ella tiene que dejar de gritar, o de dedicar tanto tiempo a sus cosas”, etc. Cómo actúe el otro es algo que no depende de nosotros, solo depende de la otra persona. De forma que es importante poner el foco de atención en qué estamos haciendo cada uno con respecto a la relación. Si lo que estamos haciendo implica cuidar o no la relación. Si implica regarla si viésemos la relación como una planta o más bien la estamos pisoteando. Si lo que estamos haciendo está relacionado con la pareja que queremos ser o más bien contribuye a formar una foto de nosotros mismos como pareja que no nos hace sentir orgullosos. Por ello, es tan importante el compromiso de cada una de las partes, para que cada uno centrado en lo que depende de él/ella establezca cambios dirigidos a fomentar el tipo de relación que quieren.

4. Practicar y ensayar las conductas negativas en sesión:ROLE PLAYING

• Es muy útil para observar cómo están gestionando esas diferencias, cómo con su forma de responder crean el conflicto. Y también para que:
  • Ambos miembros de la pareja tomen consciencia de esto.
  • Ambos expresen cómo se está sintiendo ante la conducta del otro.
  • Generar y practicar respuestas alternativas a esas emociones y ver qué ocurre.
    Ejemplo: tomar conciencia de que es el enfado ante determinada conducta del otro el que le invita a gritarle y hablarle mal. Saber cómo el otro se siente cuando actúa así y cómo reacciona. Y poder ante este enfado responder de otra manera, sin gritos, expresándole cómo se siente, sin exigencias, y observar cual es la reacción del otro cuando esto ocurre. Y si de esta forma, acaban o no en conflicto.

5. Entrenar habilidades de expresión de emociones: Sin entrar en acusaciones, ni buscar culpables, etc. Simplemente transmitir al otro cómo se siente cuando el otro actúa de una determinada manera. O cómo se siente por cualquier otro aspecto de su vida, puede ayudar a la pareja a contextualizar o entender determinadas reacciones de él/ella.

6. Intercambio de conductas o de reforzadores: En parejas que llevan tiempo en continuos conflictos o cada día más distanciadas, cada vez son menos los momentos gratificantes o los refuerzos que se brindan a la relación. Por ello es importante, tomar conciencia de todo lo que al principio les enganchó de la
relación. Qué era importante para cada uno de la relación y también que hacían para cuidarlo. Probablemente en esos momentos iniciales o donde aún no había deterioro de la pareja, no solo no se daban tantas conductas negativas sino que se daban más conductas positivas hacia la relación. Destacando:

• Elaborar una lista de conductas que pueden ser del agrado del otro. Elegir alguna de ellas y ponerlas en práctica. Observando que ocurre cuando esto se lleva a cabo.
• “Día del amor”: elegir un día para hacer, decir o facilitar situaciones que resulten de su agrado, haga lo que haga el otro.
• “Pillar a su pareja haciendo algo agradable”: Anotar diariamente en la hoja de registros todas las conductas agradables que encuentre en el otro. Cada vez que se identifique esa conducta positiva, reforzársela al otro. Al finalizar el día, encontrar un momento para que ambos comenten sus registros y sus sensaciones. Este tipo de ejercicios permite o ayuda a cambiar el foco de atención de todo lo negativo que hace el otro, a ser un poco detective de las conductas agradables que el otro también puede estar haciendo y que muchas veces estando tan centrados en lo negativo, pasan desapercibidas.
• “Ejercicio de Reciprocidad”: ambos deben anotar a lo largo del día dos listas. Una donde figuren diez conductas placenteras que uno está dando al otro y otra con diez conductas placenteras que está recibiendo del otro.

7. Entrenamiento en comunicación y solución de problemas: Entrenamiento en comunicación: donde aprendan un lenguaje no acusatorio ni
denigrante. El aprendizaje de un nuevo lenguaje interpersonal:

Escucha activa: que implica demostrar que se ha atendido y entendido el mensaje dirigido por la pareja. Para ello se puede utilizar:

• Paráfrasis: repetir de forma sintetizada lo que acaba de decir la pareja,evidenciando que ha captado lo que el otro quería decir.
  Ejemplo: “vale, me has dicho que no ha sido tu culpa que has llegado tarde porque tu madre te llamó y te pidió que la llevaras al médico ya que no se encontraba bien”
• Reflejo: añadir a la descripción del mensaje recibido, los sentimientos que han podido estar presentes cuando se emitía. “Vale, me has dicho que no ha sido tu culpa, que tu madre te pidió que la llevaras al médico dado que no se encontraba bien, y que esto te fastidió porque también podía habérselo pedido a tu hermano. Y veo que has estado nervioso y molesto por no poder llegar a la hora que me habías dicho. Lo entiendo”. En esta técnica, no solo se refleja la emoción sino que la valida, favoreciendo la satisfacción con la comunicación.

La comunicación expresiva: incluye decir lo que uno piensa y siente, eliminando expresiones defensivas, acusaciones o provocaciones.

Entrenamiento en solución de conflictos: adquisición de habilidades que permita llegar a acuerdos y resolver los problemas a los que habitualmente se enfrenta la pareja y que hasta este momento ha sido fuente de conflicto.

8. Entrenamiento en conducta asertiva