¿Qué es la empatía?
La empatía es la capacidad de reconocer, entender y sentir lo que los demás están sintiendo y pensando: es ponerse en la piel de la otra persona, ser capaz de entenderla, de tratar de comprender qué pasa por su mente, cómo y por qué se siente así, con el añadido de “sin dejar de ser nosotros mismos”.
Por ejemplo, para una persona puede no ser relevante el hecho de no tener hermanos, pero para otra persona sí. En esa situación, la persona empática dejaría a un lado su escala de importancia para entender el sufrimiento del otro desde su escala de importancia.
Neuronas Espejo
En la empatía intervienen las llamadas neuronas espejo, unas áreas cerebrales que se activan cuando estamos realizando una actividad y cuando vemos a alguien realizándola.
Las neuronas espejo transmiten el mensaje del mundo externo al cerebro. Se llaman así porque le permiten al cerebro reproducir la información del exterior como el efecto de un espejo.
Por ejemplo, si vas a un concierto y ves a tu alrededor a personas eufóricas, estas neuronas generan la sensación de que repitas esas acciones. Lo mismo puede ocurrir cuando ves a alguien llorar y empiezas a sentir tú también esa sensación de querer llorar. Esto ocurre porque las neuronas espejo están generando empatía con la otra persona.

La empatía nos conecta con otros seres
La empatía nos ayuda a conectarnos con los demás, es la base de la conducta altruista, pues si podemos sentir lo que sienten los demás, sobre todo cuando sufren, será más probable que les ofrezcamos nuestra ayuda.
Sin empatía nuestro mundo sería egoísta y hostil, de hecho, la ausencia total de empatía se relaciona con alteraciones de la personalidad, como ocurre en el caso de la psicopatía o sociopatía.
Exceso de empatía
Tener demasiada empatía puede hacer difusa la línea entre uno mismo y los demás. Cuando no somos capaces de desvincularnos de las emociones de los demás, es posible que surja una sobrecarga emocional, pues no solo nos estaríamos haciendo cargo de nuestras propias emociones, sino que también llevaríamos el peso de las emociones de los demás.
Las personas que tienen un alto nivel de empatía tienden a ayudar a los demás, hasta el punto de que llegan incluso a olvidar sus propias necesidades personales.
Estas personas sienten que son responsables de aliviar el dolor de sus seres queridos, sin embargo, esta reacción de ayuda puede incluso provocar el rechazo por parte de ellos, pues ofrecer una ayuda que no ha sido solicitada puede hacer sentir a los demás incómodos o menos comprendidos.
¿En qué puede desembocar un exceso de empatía?
Un exceso de empatía puede llevar a las siguientes situaciones:
- Codependencia: Las personas con demasiada empatía se pierden a sí mismas en las relaciones, sufriendo un deterioro significativo de su propia identidad. Les invade el deseo de resolver los problemas de los demás, controlarles o satisfacer todas sus necesidades, dejando las suyas propias a un lado.
- Sobreprotección o permitir en exceso: La excesiva necesidad de ayudar a los demás puede derivar en permitir todo tipo de conductas tóxicas de los demás y tener una justificación para ellas. Además, son propensas a sobreproteger, dan todo hecho a su entorno para ahorrarles cualquier tipo de sufrimiento.
- Falta de productividad en sus trabajos: Se sienten discriminados, nadie entiende su altruismo, su necesidad de apoyar, de ayudar, etc.
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Mantener la empatía en equilibrio
Mantener nuestra empatía en equilibrio es clave para nuestro bienestar. Entre las recomendaciones para ayudarte a conseguirlo estarían:
- Establecer límites: Es fundamental saber decir que no, pues te ayudará no solo a valorarte a ti mismo y a tu tiempo, sino que los demás también aprenderán a valorarte. Ayuda si está en tu mano, pero sin sacrificar tus necesidades por las de los demás. Cuando se presenta una situación adversa debemos aprender de ella y dejar que los demás también aprendan.
- Cultiva relaciones que enriquezcan tu vida, no aquellas que te roben la energía: Evita aquellos contactos con personas que se aprovechen de tu bondad y que no acepten los límites que has puesto.
- Practica mindfulness: El mindfulness te ayuda a ser consciente y a diferenciar los sentimientos tuyos de los demás, a no enredarte en ellos y a dejarlos pasar.
Preguntas frecuentes sobre exceso de empatía
¿Cómo saber si tengo hiperempatía?
La hiperempatía se caracteriza por una capacidad excesiva o aumentada para sentir lo que otros están experimentando emocionalmente. Las personas con hiperempatía pueden absorber las emociones de aquellos que los rodean hasta el punto de que estas emociones afectan profundamente su propio bienestar. Si bien la empatía es una cualidad valiosa que facilita las relaciones interpersonales comprensivas y el apoyo emocional, la hiperempatía puede resultar abrumadora y tener un impacto negativo en la vida diaria de una persona. Aquí te detallo algunos indicadores que pueden sugerir la presencia de hiperempatía:
1. Sentimientos Emocionales Intensos Experimentas emociones intensas al observar o escuchar sobre las experiencias emocionales de otras personas, hasta el punto de que sientes como si esas experiencias fueran tuyas.
2. Dificultad para Distinguir Emociones Propias de las de Otros Puedes tener problemas para distinguir entre tus propias emociones y las que has absorbido de otras personas, lo que puede llevar a confusión o a sentirte abrumado.
3. Efecto Físico de las Emociones de Otros Las emociones de otras personas no solo afectan tu estado emocional, sino que también provocan respuestas físicas, como fatiga, tensión muscular o incluso dolores de cabeza.

4. Evitación de Situaciones Emocionalmente Cargadas Puedes empezar a evitar situaciones que sabes que serán emocionalmente intensas debido al temor de sentirte abrumado, como eventos sociales, noticias desalentadoras o películas tristes.
5. Necesidad de Aislamiento Después de interactuar con otros o estar en ambientes socialmente densos, puedes sentir la necesidad de aislarte para «despejarte» de las emociones absorbidas.
6. Cambios en el Estado de Ánimo Relacionados con el Entorno Tu estado de ánimo puede cambiar drásticamente en función del ambiente emocional que te rodea, incluso si no hay una razón personal para esos cambios de humor.
7. Fatiga y Agotamiento Puedes experimentar fatiga o agotamiento, no debido a esfuerzo físico, sino como resultado de procesar constantemente un exceso de información emocional de tu entorno.
8. Deseo de Ayudar o Arreglar los Problemas de Otros Un fuerte deseo de aliviar el sufrimiento de otros, al punto de poner las necesidades emocionales de los demás por encima de las tuyas, a menudo a expensas de tu propio bienestar.
9. Sensibilidad a la Multitudes Las multitudes o los lugares muy concurridos pueden sentirse particularmente abrumadores debido a la gran cantidad de emociones presentes. Si te identificas con varios de estos indicadores, puede ser útil buscar estrategias para gestionar la hiperempatía. Esto podría incluir establecer límites saludables, practicar técnicas de mindfulness o meditación, y buscar el apoyo de un terapeuta que pueda ayudarte a desarrollar herramientas para proteger tu bienestar emocional mientras mantienes tu capacidad para empatizar con los demás.
¿Cómo controlar el exceso de empatia?
Controlar el exceso de empatía, o hiperempatía, implica aprender a equilibrar tu capacidad innata para sintonizar con las emociones de los demás, protegiendo al mismo tiempo tu propio bienestar emocional. Aquí te ofrezco algunas estrategias para gestionar eficazmente el exceso de empatía:
1. Establecer Límites Saludables Aprende a decir «no» cuando sea necesario y a poner límites claros que protejan tu energía y tiempo. Esto incluye limitar la exposición a situaciones o personas que drenan emocionalmente.
2. Practicar la Autocuidado Dedica tiempo regularmente a actividades que te recarguen y te hagan sentir bien, como leer, hacer ejercicio, practicar un hobby, o simplemente descansar. El autocuidado es esencial para mantener un equilibrio emocional.

3. Desarrollar Técnicas de Grounding Técnicas como la meditación, la respiración profunda, o la visualización pueden ayudarte a centrarte y a desconectar de las emociones abrumadoras. Practica técnicas de grounding cuando te sientas sobrecargado.
4. Diferenciar Entre Tus Emociones y las de Otros Trabaja en reconocer cuándo las emociones que sientes son tuyas y cuándo son absorbidas de otros. Hacerse preguntas como «¿Esta emoción me pertenece?» puede ayudar a clarificar este punto.
5. Buscar Apoyo Compartir tus experiencias con amigos de confianza, familiares o un profesional de la salud mental puede proporcionarte perspectiva y estrategias adicionales para manejar el exceso de empatía.
6. Practicar el Mindfulness o Atención Plena El mindfulness te ayuda a vivir en el momento presente y a observar tus pensamientos y emociones sin juzgarlos. Esto puede ser particularmente útil para no quedar atrapado en las emociones de los demás.
7. Educación Emocional Aprende sobre emociones y cómo gestionarlas. Entender la naturaleza de las emociones puede darte herramientas para manejar mejor las tuyas y las de los demás.
8. Fortalecer la Resiliencia Emocional Desarrollar resiliencia te ayuda a recuperarte más rápidamente de las experiencias emocionales intensas. Esto puede incluir el cultivo de una actitud positiva, la aceptación de que no puedes controlar las emociones de otros, y la confianza en tu capacidad para manejar situaciones difíciles.
9. Desarrollar Habilidades de Comunicación Asertiva Aprender a comunicar tus necesidades y límites de manera efectiva es crucial. La asertividad puede ayudarte a establecer límites sin sentirte culpable por ello.
10. Evaluación y Reajuste de Límites Regularmente evalúa y, si es necesario, ajusta los límites que has establecido con otros para asegurarte de que sigan siendo efectivos en la protección de tu bienestar emocional. El manejo del exceso de empatía es un proceso continuo que requiere práctica y paciencia. Al implementar estas estrategias, puedes empezar a equilibrar tu empatía de manera que continúe siendo una fortaleza sin comprometer tu salud emocional.

¿Qué es el trastorno de empatía?
El término «trastorno de empatía» no se refiere a un diagnóstico clínico específico en la literatura psiquiátrica o psicológica tradicional. Sin embargo, se utiliza para describir un rango de dificultades en la capacidad de una persona para entender y responder a las emociones de los demás. Estas dificultades pueden manifestarse de dos maneras principales: como una empatía reducida o como una empatía excesiva, cada una con sus propios desafíos y consideraciones.
Empatía Reducida La empatía reducida se caracteriza por dificultades en percibir, comprender o responder adecuadamente a las emociones y estados mentales de otros. Este tipo de desafío en la empatía puede observarse en varios trastornos del espectro psiquiátrico, como:
Trastornos del Espectro Autista (TEA): Aunque las personas con TEA pueden sentir y preocuparse profundamente por los demás, a menudo encuentran difícil interpretar señales sociales y emocionales no verbales.
Trastorno de la Personalidad Antisocial: Se caracteriza por una falta de empatía hacia los demás, a menudo manifestándose en un desprecio por los derechos y sentimientos de los demás.
Trastorno de la Personalidad Narcisista: Implica una empatía limitada y una preocupación excesiva por uno mismo y las propias necesidades, a menudo a expensas de los demás.
Empatía Excesiva o Hiperempatía Por otro lado, la empatía excesiva o hiperempatía implica una sensibilidad abrumadora hacia las emociones de los demás, llevando a la persona a experimentar el dolor y el sufrimiento de los demás como propios. Esto puede resultar en:
Fatiga por Compasión: Un tipo de estrés emocional experimentado por quienes trabajan en profesiones de ayuda, como médicos o trabajadores sociales, donde la exposición constante al sufrimiento ajeno puede llevar al agotamiento.
Dificultades en el Establecimiento de Límites: La incapacidad para protegerse de la sobrecarga emocional, lo que puede afectar negativamente la salud mental y el bienestar general.
Consideraciones Importantes Es crucial reconocer que la empatía no es un rasgo fijo; puede fluctuar y desarrollarse a lo largo de la vida de una persona. Las dificultades relacionadas con la empatía pueden ser abordadas y mejoradas a través de terapias específicas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), entrenamiento en habilidades sociales, o terapias enfocadas en la emoción.
Estos enfoques pueden ayudar a las personas a aprender a interpretar mejor las señales sociales y emocionales de los demás, o a gestionar y proteger su propia energía emocional en el caso de la hiperempatía. En resumen, mientras que el «trastorno de empatía» no es un término diagnóstico formal, reconocer las dificultades en la empatía es importante para comprender una variedad de experiencias humanas y para el desarrollo de estrategias efectivas de apoyo y tratamiento.
Cuando nuestra preocupación por el otro se convierte en ansiedad y dolor, y nos responsabilizamos de las emociones de los demás, nos debilitamos, por ello, si crees que estás sufriendo de exceso de empatía, no dudes en pedir ayuda profesional.
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