“Si es amor de verdad tiene que durar para siempre”.
“Él/ella me pertenece”.
“No me quiere si no me pone siempre en primer lugar”.
Seguro que en alguna ocasión has caído o has visto a otras personas caer en pensamientos como los anteriores derivados de la idea, aún vigente en la sociedad, acerca del amor romántico.
Las relaciones de pareja están formadas por dos personas que traen consigo unos valores aprendidos durante toda su vida, con los que se crean ciertas expectativas sobre cómo debe ser esa relación. Cuando estas expectativas no se cumplen empiezan a surgir dificultades.
El amor romántico
Fruto de las ideas sobre el llamado amor romántico y unido a otros posibles factores (inseguridad, baja autoestima, poca confianza…) nos encontramos con conductas de control, comprobación y pertenencia: los celos.
Una persona celosa lleva a cabo comportamientos que confirmen o rechacen ciertos pensamientos como “me va a ser infiel”, “me va a dejar”, “seguro que está hablando con otra persona”, etc. Para poder confirmar o desmentir esas ideas que anticipan algo que no se sabe si ha ocurrido o va a ocurrir, la persona trata de controlar la vida de su pareja: con quién habla, con quién está o qué hace. Estas conductas pueden conducir a un aumento de la ansiedad en la persona celosa, pues crea en su cabeza un (posible) futuro catastrófico sobre su relación y constantemente busca datos que rebajen esa incertidumbre.
Cuando las estrategias de control, comprobación y pertenencia ayudan a calmar la ansiedad se empieza a crear un peligroso círculo vicioso donde la persona se abandona a esos pensamientos irracionales sobre la deslealtad de la pareja y busca la forma de liberarse de la preocupación. El problema está cuando en vez de aprender a pensar de forma alternativa y basarse en la realidad de la pareja, se confía más en la posibilidad de encontrar una prueba, lo que perpetúa la necesidad de recurrir a los comportamientos anteriores para calmar sus miedos.
El crecimiento personal
Aprender a modificar las líneas de pensamiento establecidas y crear otras nuevas no es tarea fácil, sin embargo, es la mejor vía para tener una relación sana con uno mismo en primer lugar, y así poderla tener con los demás.
Aprender a quererse, valorarse y confiar en uno mismo es tarea imprescindible para poder querer, valorar y confiar en tu pareja, amigo, familiar…
El viaje hacia el crecimiento personal implica reconocer las estrategias inadecuadas que estamos utilizando para encaminarnos al aprendizaje de herramientas más efectivas que nos permitan vivir y disfrutar.
¿Lo iniciamos?