La importancia del diagnóstico y la intervención precoz
Cuando nuestros pequeños comienzan a leer y a escribir es un gran momento. Los escuchamos, nos sentamos, los animamos, nos entusiasmamos con ellos. Pero algunos niños, pronto, empiezan a presentar dificultades en el manejo de estas habilidades. Errores como cambiar e invertir letras, ir muy despacio en la correspondencia grafía- sonido, separar silabas de palabras sencillas etc. Comienzan a repetirse de forma continuada.
Es importante ante las primeras dificultades observar y valorar si éstas persisten. Si lo hacen, es importante valorar a que responden. En algunos casos podría tratarse de una dificultad puntual y en otros de una dificultad relacionada con una condición biológica, dislexia. Tanto en unos casos como en otros es importante el trabajo precoz para garantizar la superación de las dificultades lecto escritoras.
Estudios científicos recientes evidencian que incluso en casos de dislexia, el diagnóstico precoz que conduce a una intervención precoz genera cambios positivos en el funcionamiento del cerebro: aumenta la actividad y la conectividad de las neuronas de las áreas cerebrales responsables de la lectoescritura. La intervención temprana garantiza así una mayor eficacia en el trabajo, mejora y superación de las dificultades.
El cerebro tiene una gran plasticidad, lo que implica mucha capacidad de cambio y aprendizaje. La plasticidad neuronal es mayor en la infancia y dentro de ella hay periodos críticos, en los que los niños tienen unos años concretos para el mayor desarrollo de una determinada habilidad.
Resaltar así, la importancia de una pronta identificación para ejecutar una pronta intervención psicoeducativa para que el pronóstico de la recuperación y por consiguiente el manejo de la habilidad en el niño sea mayor.