A lo largo de la vida nos encontramos con muchas situaciones que nos hacen movilizar todos nuestros recursos para hacerles frente y nos preguntamos ¿Cómo saber si necesito un psicólogo?. En algunas de esas ocasiones, nos damos cuenta de que carecemos de los recursos necesarios o no sabemos cómo utilizarlos.
Desgraciadamente en materia de salud mental aún sigue existiendo cierto estigma con el hecho de pedir ayuda a profesionales. En generaciones pasadas se promovía por encima todo un modelo de persona que para ser “fuerte” no podía mostrar sus emociones pues eso le haría “débil”. De ese modelo social de cómo debían ser las personas, se generaron muchos problemas debido a la represión emocional que se ha demostrado ser una estrategia que no ayuda a que las dificultades desaparezcan, más bien a que se acumulen y se hagan más grandes. Aprender a entender y gestionar nuestras emociones no es sinónimo de ser débil, de hecho, forma parte de la llamada inteligencia emocional.
Observamos en consulta gran cantidad de pacientes que acuden tras mucho tiempo sufriendo, mucho tiempo intentando conseguir por ellos mismos salir de sus dificultades y mucho tiempo utilizando estrategias que no estaban siendo adecuadas para gestionar su mundo emocional. Todo ese tiempo en que las dificultades se instalan en la persona y no son debidamente gestionadas, van creciendo y cogiendo fuerzas, haciéndose más grandes y afectando cada vez a un mayor número de áreas de la vida. Veamos algunas situaciones que pueden sonarte familiares y podrían servirte como indicadores de que es el momento de acudir a un psicólogo:
He probado muchas estrategias y no mejoro
Los seres humanos somos seres imperfectos que aprendemos durante toda nuestra vida de las situaciones que se nos presentan. Si bien hay situaciones que se pueden manejar en un momento dado, puede que en otro momento no salga igual de bien (porque esté más cansado, porque lleve tiempo mal, porque tenga muchas cosas afectando al mi alrededor…) e incluso habrá otras situaciones que no sea capaz de
gestionar por más que lo intente. La gestión emocional es un aprendizaje como otros a los que nos enfrentamos en la vida, con la particularidad de que nadie nos enseña a hacerlo. Por tanto, es posible que las estrategias que has aprendido a utilizar no te estén sirviendo para resolver tus dificultades, o puede que te sirvieran en un momento dado, pero ya no funcionen más. Es importante darse cuenta de cuando uno solo ya no sabe manejar las situaciones y pida ayuda a
un profesional que pueda orientarle dándole las herramientas correctas y enseñándole a utilizarlas. Por hacer una comparación con la salud física, si llevas varios días con dolor de garganta y los remedios de la abuela no sirven, ves que va a más y aparece fiebre y mayor dolor, acudes al médico para que pueda recetarte el remedio adecuado a tus dolencias.
Llevo mucho tiempo encontrándome mal
El tiempo es una variable importante en salud mental. Cuanto más tiempo se lleva aguantando el malestar y utilizando estrategias que no
dan resultado, más grande se van a hacer esas dificultades y por tanto será más complicado poder gestionarlas. Igual que en el ejemplo anterior hablaba de salud física como comparativa, imagina que tienes una infección en una herida y lo vas dejando como está por no ir al médico, pero la infección no mejora, te encuentras peor y ves la herida en peor estado cada día. ¿Qué hubiera sido más fácil de curar, la herida al principio de la infección o varias semanas después de haberse extendido? Es importante dejar a un lado las ideas que igualan pedir ayuda a ser débil. Si te encuentras mal desde hace ya un tiempo considerable, es hora de recurrir a expertos que puedan ayudarte.
Cada vez estoy peor
Al hilo del punto anterior, el recorrido de un problema relacionado con el mundo emocional si no se gestiona adecuadamente es muy posible que sea hacia el
empeoramiento. Cómo decíamos al principio, la represión emocional no es una estrategia eficaz para la gestión de emociones. Las emociones están ahí para decirnos algo, ignorarlas sólo hace que ignoremos que hay unas dificultades a las que hacer frente. Esperar a que se resuelvan por sí solas, generalmente veremos que tampoco es una estrategia que sirva, es como barrer el salón y guardar lo barrido debajo de la alfombra, no se ve, pero sigue ahí, hasta
que un día no haya sitio para más. Escúchate, tus emociones te están hablando, tu cuerpo te dice que necesita algo que no le estás sabiendo dar. No pasa nada por no saber hacerlo, nadie nace aprendido, para eso estamos los profesionales de psicología.
Los consejos de mis amigos no funcionan
La primera opción cuando tenemos un problema suele ser recurrir a nuestras personas más allegadas. Sin embargo, un consejo no es una intervención psicológica. Los consejos de los amigos parten de su propia experiencia, de lo que a ellos les ha funcionado en sus propias situaciones de su vida y con sus propias habilidades e inhabilidades. Puede ser que, en cierta circunstancia, un consejo de un amigo o familiar nos levante el ánimo o nos parezca buena opción a seguir, pero a la larga no suele funcionar. La psicología no se basa en consejos sino en técnicas que durante muchos años han sido objeto de investigación experimental y que han demostrado su eficacia. Un psicólogo jamás te dará un consejo o te hablará desde su experiencia personal, porque tú no eres la misma persona que quien te da el consejo y, por tanto, puede que a ti no te sirva de nada.
Se están viendo afectadas varias áreas de mi vida
También hablábamos al principio de cómo dejar las dificultades a un lado pensando que se resolverán por sí solas suele ser predictor de
una dificultad cada vez más grande, fuerte y extendida. Si al principio empecé con dificultades en mi trabajo por no ser capaz de abarcar todo lo que me mandaban los jefes, siguió con mucha irritabilidad en casa al salir del trabajo y finalmente se transformó en no tener ganas de hacer actividades, no tener emociones positivas y rechazar las llamadas de mis amigos por no tomarla con ellos. Cuando varias áreas de tu vida se están viendo afectadas por las dificultades que tienes y crees estar gestionando adecuadamente, es momento de pedir ayuda a un profesional.
Necesito un cambio y no sé cómo conseguirlo
Quizá tengas la sensación de que las cosas no van tan mal, pero no terminas de encontrarte. De que necesitas algo que no encuentras y no sabes ya dónde más buscar. Muchas veces las dificultades no son tan tangibles como en el ejemplo que ponía en el punto anterior, a veces son sólo sensaciones difusas que no llegamos a entender. Sensaciones que nos piden un cambio de rumbo, algo que termine de cerrar el círculo de mi vida para que tenga todo el sentido. El psicólogo es una orientación en el camino de la vida, un guía que te ayuda a que tú mismo analices y llegues a las respuestas que te faltaban.
No esperes a que sea demasiado tarde, recuerda que igual que en la salud física, las dificultades emocionales también empeoran con el tiempo. Es normal necesitar ayuda. Es normal no saber utilizar las herramientas adecuadas en cada situación o ni siquiera saber qué herramientas hay que utilizar. Estamos aquí para ayudarte, para orientarte, guiarte y enseñarte a gestionar todo tu mundo emocional. No lo dejes para después, éste es el mejor momento de pedir ayuda, ahora.
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